Fotografía realizada el 10 Octubre 2014. Cámara Canon EOS 60D . Datos Exif Iso 100.. Tv 2.5 . Av 9
La primera fotografía que observe de este Hayado de Otzarreta, fue de Raquel de Castro. Su fotografía me transmitió toda la belleza de un paisaje que nunca había observado. ¡¡¡ Gracias Raquel. !!! ... Mi primera reacción fué, pensar que este paraje no podía dejar de visitar y caminar por esa alfombra roja. Estar en Otoño, me daba seguridad que el suelo del Hayedo estaría cubierto de hojas. Verdaderamente lo que deseaba también que por ese pequeño arroyo bajase agua suficiente para realizar unas sedas. El verano ha sido muy largo y apenas ha llovido, me explicaba un lugareño que andaba buscando setas entre los hayedos. Seguramente en primavera bajara mas agua, me comentaba.
Esta página quiero dedicársela a todos los fotógrafos y amigos de esa magnifica tierra como es Euskadi y al grupo de fotógrafos valencianos que todos los viernes intentamos pasar al menos una agradable tarde.
Pero si alguien se merece esta colección de fotografías es Elena, por su compañía y gran paciencia. Hacer un viaje de 1400 kilómetros, bien se merece esta página. ¡¡¡ Gracias Elena !!!
EL HAYEDO DE OTZARRETA,
Situado en el Parque Natural de Gorbea, Vizcaya.
ITINERARIO
Salimos de la ciudad de Vitoria sobre las siete de la mañana, quería madrugar para coger si era posible algo de niebla entre los hayedos, Nos incorporamos en el cinturón de Vitoria para coger la N-240 dirección Bilbao. Durante varios kilómetros circulamos por autovía hasta las inmediaciones del embalse de Urrúgana. Continuamos por N-240 pero ya en carretera de doble carril durante varios kilómetros. Antes de comenzar el descenso de puerto Barazar nos encontraremos una gasolinera activa a nuestra izquierda y otra a nuestra derecha en desuso con un bar abierto, donde podemos desayunar, Desde este punto cruzaremos la carretera justo frente al restaurante Bengoetxea, también cerrado hoy.
Desde el mismo restaurante a la izquierda comienza una pista de cemento, podemos circular por ella con el vehículo. Entre plantaciones de cipreses y otras especies de plantas, apenas unos mil metros encontraremos una pequeña rotonda. Cogemos el ramal izquierdo que indica dirección hacia Otzarreta.
Al final encontraremos un pequeño parking donde dejaremos el coche. Tras la ventanilla ya podemos observar, un enclave natural de apenas cien hayedos con ramas verticales y troncos verdes formando un paisaje de gran belleza.
Un paraíso y santuario de fotógrafos, donde todos nos recreamos en este entorno para llevarnos las mejores imágenes de un peculiar bosque de hayas.
La forma original de sus ramas rectas hacia el cielo, ha sido tras la utilización de las ramas mas bajas para la explotación del carbón vegetal. Dejando un paraje ideal para describir y ambientar un texto de cuento.
Después de caminar sobre las hojas rojas caídas por el viento y sortear alguna que otra rama seca que permanece en el suelo, tras la poda obligatoria por el peso de las ultimas nevadas. Levanto la mirada y sobre los gruesos troncos de algunos de estos hayedos centenarios, observo como brotan setas entre el musgo de sus ramas. Como amante de las setas, despierta un cierto interés por conocer el nombre de esta seta de aspecto brillante y viscoso. Con el móvil en la mano entro en Internet y rápidamente me informo que es una, Oudemansiella mucida .Especie lignícola de madera muerta de haya principalmente, fructificando también en árboles vivos pero con partes dañadas. En abedules, hayas e incluso en robles. Crecen en otoño de forma generalmente cetepitosa, con pies individuales que nacen juntos tocandose entre si, de un mismo origen.
Si visitamos el Hayedo en otoño, podemos observar setas a los pies de sus troncos.
Oudemansiella mucida
Llevo deambulando y disfrutando de este bello rincón casi dos horas, los minutos pasan rápidamente y no quiero dejar escapar nada. Quizá intente volver en primavera para observar si el arroyo ha crecido, pero ahora no puedo dejar escapar todo lo que la naturaleza me brinda.
Saliendo del tupido y bello paraje del hayedo, regresando por la pista de cemento, desde el coche observamos grandes espacios donde pastan al aire libre vacas y caballos. El entrono que nos rodea es de una gran belleza acompañado por el canto de aves, el mugido de las vacas y el relinchar de los caballos en libertad.
Siento la necesidad de bajar del coche, con cámara en mano los ojos bien abiertos y con un fuerte gesto de respiración profunda lleno mis pulmones de aire y dando gracias por estar en este entorno natural, poco a poco voy fotografiando y caminando lentamente sobre la alfombra verde, de un suelo humedecido donde brotan estas bellas flores.
Espero que os sirva esta pequeña información y os gusten las fotografías.