Este blog quiero dedicar especialmente a mi madre, por aquellas historias que me contaba durante mi niñez, sobre la visita de la Cigüeña blanca posada sobre los tejados de los edificios mas altos de nuestro pueblo.
La cigüeña siempre se consideró un ave de buen agüero, símbolo de fecundidad, de riquezas y por supuesto de concepción. En todo el mundo muchos cuentos y leyendas la consideran la buena mensajera que anuncia un nacimiento o bien, simplemente, ella misma trae un bebé recién nacido en vuelto en un retal de ropa blanca sostenido en la punta de su largo pico.
Durante mi niñez recuerdo decir a mi madre en cada nacimiento que había en Poyatos, has visto a la cigüeña blanca volar junto a los pinos de Cerro Gordo. ¡¡ A traído un bebé.!!.. Gracias mamá por aquellas bonitas historias.
CIGÜEÑA BLANCA
Todas las fotografías han sido realizadas en Poyatos.
Fotografías realizadas el 15 y 16 Agosto 2017, Cámara Canon 6D
La península Ibérica es punto de descanso durante la emigración, ademas, la Península representa también un área de paso obligado para las cigüeñas originarias de Centroeuropa, Dinamarca, Alemania y Paises Bajos, que viajan principalmente por las provincias mediterráneas hasta el área de Gibaltar para cruzar el Estrecho entre finales de Agosto y Septiembre. Poyatos situado en plena Serranía de Cuenca y anclado sobre un rellano o aplanamiento a cierta altura llamado hombrera, es un lugar tranquilo para esas pequeñas paradas de descanso. Como un caso causal y anecdótico los vecinos de Poyatos vivieron esta imagen el 15 de Agosto de 2017.
La cigüeña blanca esta muy ligada al hombre y a su actividad productiva, razón por la que ocupa, preferentemente hábitats abiertos transformados, como dehesas, regadíos, cultivo de secano, así como zonas húmedas. Por eso, es curiosamente verlas por Poyatos porque evitan las áreas predominantemente forestales y las muy montañosas.
Pocas aves resultan tan familiares como la cigüeña y pocas están tan arraigadas en las tradiciones como esta enorme zancuda que un día abandonó sus hábitos montaraces para asociarse al hombre en busca de sustento. esta especie hubo de soportar durante el pasado siglo una serie de drásticos cambios en los paisajes y los usos rurales que la llevaron a desaparecer en muchas regiones y de los que hoy día, en parte a un cambio de hábitos se recupera asombrosamente.
La Cigüeña Blanca es un ave tan conocida y popular en la mayor parte de la Península Ibérica que todos alguna vez hemos observado su bello vuelo. Los adultos de ambos sexos tienen el plumaje del cuerpo y alas totalmente blanco, excepto las plumas primarias y secundarias de las alas que son de color negro azabache. También la cola es blanca. Pero si la coloración del plumaje resulta inconfundible sus largas patas rojas y el pico igualmente de color rojo son caracteres muy distintivos.
Las cigüeñas jóvenes tienen las patas y el pico de color pardo rojizo y se identifican fácilmente por poseer un tinte marrón o parduzco en las plumas escapulares y en las cobertoras alares. Después del primer invierno las diferencias con las cigüeñas adultas son muy ligeras. La silueta de vuelo de la Cigüeña Blanca es inconfundible, el cuello bien extendido hacia adelante y las largas patas sobresaliendo por detrás de la cola, son detalles muy conspicuos que añadir al diseño de alas y cola y al color del plumaje blanco y negro.
Hace muchos años invernaban principalmente en África. Su llegada a España desde tierras africanas marcaba el inicio de la primavera. Desde el siglo pasado se comenzó a observar la inervación de algunas cigüeñas en el sur de España. En las últimas décadas cada vez son más las cigüeñas blancas que están invernando en la península ibérica